domingo, 5 de agosto de 2012

¡Al Tibidabo!

Lo conseguí. Conseguí llegar a esa maldita montaña que desde todos los puntos de Barcelona se ve cercana, pero cuanto más te acercas más se aleja ella. Salí de casa a las 9.00 con el objetivo de superar el reto. Aproveché e hice fotos de mi barrio sin gente.

Plaça del Bon Sucès

 He de decir que para no arriesgarme del todo cogí el metro hasta la Avenida Tibidabo (también hecha durante el s. XIX-XX, y modernista, como todo lo que queda en pie en Barcelona, parece), con casas de la clase alta barcelonesa. Es una cuesta bastante empinada, pero como los vecinos tienen cochazos, eso no importa. 


Desde esa parada de metro comencé a subir a dos pasos por segundo, sin bajar el ritmo, cargada con un litro de agua, un melocotón, y el cuerpo lleno del azúcar que me proporcionó un desayuno a base de dulces árabes. Al principio creí estar perdida, pero el ver ciclistas y senderistas me dio buena espina. Hay que llegar por una carretera llamada Carrer del Aigua, hasta el inicio de la zona de senderismo (un aparcamiento de tierra y dos carteles explicativos). Después de andar un corto trecho hay que cambiar a un camino forestal, porque el camino verdadero es un circuito horizontal de dos horas por la sierra de Collserola que no lleva a ningún lado. 





De izq. a dcha. : Bloques altos, la Torre Agbar, el parque Güell,  la Sagrada Familia, las dos torres de la Barceloneta

El camino forestal, en cuesta también; conduce, tras pasar por un puesto de bomberos, a la carretera que une Vallvidriera con el Tibidabo. Tras una hora de cantar "Je ne veux pas travailler" (porque lleva el mismo tempo que mis pies) llegué a la cima. Allí me recibió uno de los grupos de ciclistas que me habían animado por el camino. 


En lo alto de la montaña está el Parque de Atracciones del Tibidabo y el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón. Hay uno nuevo construido encima de una capilla antigua. Aparte de parecer de mentira, hacía calor, y eso en un templo no lo puede tolerar, así que salí corriendo. Llegué a misa de 11, así que cogí a un grupo cantando y a un cura expiándose a sí mismo sentadito en un banco.















El Parque de Atracciones es el primero de España, según tengo entendido. Cuando lo inauguraron debió de ser muy emocionante, ya que muchas de las atracciones consisten en causar vértigo, aunque ahora son de risa, y muy infantil. También tienen laberinto de espejos y cosas parecidas. Yo soy  más de Port Aventura.







El melocotón me lo comí al pie de la torre de repetición-mirador que hay justo al lado. El guarda del aparcamiento me abrió la llave de paso de la tubería de agua potable de la carretera y nos rellenó la botella a mí y a los ciclistas que bajaban, muy amable. Aún estando el suelo cubierto de acículas de pino, había retoños de una especie de Quercus que no supe reconocer por todos lados. El adulto no estaba. 




La bajada fue mucho más ligera, tardé una hora y media desde la cima hasta mi casa. Los personajes del camino cambiaban, dejaron de verse ciclistas experimentados y empezó el goteo de guiris equipados solamente con chanclas y cámara de fotos que no sabían donde se metían, a la hora en que el sol está más alto...


Lo que se ve desde mi pasillo













Barrio de la Barceloneta

Para rematar el día, volví a trabajar y luego me dí un paseo por la Barceloneta, que era antiguo barrio marinero, también de finales del s.XIX, que me recordó a Cádiz, con la gente en la casa-puerta viendo la tele.






Los hijos de los 17 Hippies





Aunque exista un tranvía, un funicular y un autobús, el próximo reto es subir al Tibidabo a pie desde casa.



1 comentario:

  1. Sigo pensando que el apellido Ayguals viene de aigua.

    Ese quercus creo que es lo que se llama encina o carrasca en Jaén.

    Una foto del cura expiándose hubiera sido de matrícula.

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